martes, 3 de diciembre de 2013

UN RECORRIDO POR LA EXPOSICIÓN (1).

Como ya he comentado en post anteriores, el pasado 13 de noviembre se inauguró la exposición Marianela y Nela: de la novela al cómic en la Casa Museo Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria). 
El hecho de vivir "aislado" hace que esta sea una exposición de difícil acceso, por este motivo, a lo largo de esta semana haré una visita guiada virtual para los que están fuera, que son casi todos... lo de bañarse en la playa de Las Canteras en diciembre o comerse un bocata de tortilla de La Garriga, si que no puedo solucionarlo.  
La exposición es un recorrido didáctico que muestra en qué consiste este trabajo, enseñando de manera sencilla las diversas fases por las que pasa un proyecto. No es una exhibición de originales sino de un proceso.



Empezamos con una vista general de la sala Fortunata y Jacinta. El recorrido está pensado para seguir el orden de lectura lógico, de izquierda a derecha, de manera que lo primero que te encuentras son los textos y las vitrinas de las siguientes fotografías.


El primer módulo lo componen cuatro textos (currículum, fragmentos de crítica, texto introductorio y el texto que explica el proceso) y cuatro vitrinas. Por pudor, los dos primeros textos no los incluyo en esta visita, pero sí que entrarán los dos restantes.


Vitrina que está bajo la sección "autobombo"; currículum y críticas. 

El contenido de la vitrina que está bajo el texto introductorio: material de dibujo (hay que echar un cable a los futuros dibujantes), el manuscrito original de Marianela (1878), bueno. en realidad sólo es la caja, el manuscrito únicamente estuvo presente en la inauguración. También está la edición que utilicé para adaptar el texto (Joaquín Casalduero, Cátedra 1984), el germen de la portada y los bocetos originales, encabezados por el desarrollo geométrico de la portada.





Ahora sí, justo encima de esta vitrina, el texto de presentación:


"Marianela y Nela: de la novela al cómic.

1878, Benito Pérez Galdós contaba 35 años y publica Marianela. Considerada por la crítica como una obra menor dentro de su producción, sin embargo, tuvo una acogida masiva y entusiasta por parte del público, convirtiéndola en el mayor éxito comercial de su carrera. Un best-seller instantáneo del que vio trece ediciones en España y varias traducciones a otras lenguas. Marianela fue, por ejemplo, su primer libro traducido al francés, pese a tener varias novelas publicadas anteriormente.
Escrita “a la diabla” en sólo dos meses, es una rara avis dentro de su producción. Una novelita corta cuya concentración dramática y simbólica, unida a la sencillez de su estructura y la austeridad en escenarios y personajes, hacen que posea un aura de cuento, casi de apólogo clásico. Esta condensación la convierte en un texto ideal para ser adaptado a otros lenguajes. Aunque esperó casi cuarenta años (1916), para asistir al estreno teatral en Madrid (Teatro de la Princesa, ahora María Guerrero). Le seguirían adaptaciones a cine, ópera, televisión, radio…y ahora también cómic.
Tras casi cincuenta años de cruzada anti-galdosiana por parte del obispo de Canarias Antonio Pildain Zapiain (por anticlerical y clerófobo) los textos de Galdós vuelven a formar parte de los currículos en los institutos de Canarias. Las citadas virtudes de Marianela la convierten en el texto-llave hacia la obra galdosiana, siendo un “sospechoso habitual” dentro de las lecturas obligatorias, muchas veces culpables de conseguir el efecto contrario: alejar al lector potencial de un determinado autor. Exactamente eso me ocurrió a mí.

2008, mientras ejercía como docente, ver cómo el alumnado seguía chocando con esta lectura obligatoria hizo que me reencontrase con Marianela. Esta vez desde una perspectiva adulta, aunque pronto las posibilidades que ofrecía el texto la tornó en profesional. Un profesional convencido de la capacidad de un medio híbrido como el cómic para fomentar la lectura. Una herramienta despreciada en los planes educativos, en parte por desconocimiento, en parte por el estigma-etiqueta “infantil” que nunca ha dejado de arrastrar.
Es fácil entender por qué Marianela sigue siendo su obra más adaptada a otros medios, pese a los excesos retóricos de un escritor joven, con ganas de mostrar y aún lejos de depurar su estilo. Fruto de analizar lo que funciona y lo que no en la historia, surge esta adaptación, cuya premisa básica fue permanecer fiel al texto original. 
Si el germen de esta adaptación se encuentra en las aulas allá por el 2008, no es hasta 2011 cuando arranca el proceso encapsulado en esta exposición, dos años de dedicación exclusiva para dar vida a esta Nela."

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La pieza central de la exposición no es lo primero que deberías leer, pero sí lo primero que verás, ya que está frente a la puerta de entrada. 
Consta de un vinilo de texto que resume el proceso, debajo, una línea cronológica que muestra la parte manual del proceso; lo que se hace cuando tienes el guión escrito y la narración gráfica resuelta. Esta pieza te deriva a izquierda para hablar de los pasos previos (escritura de guión, búsqueda de estilo, documentación, narración gráfica...) y a la derecha para los posteriores.


Para explicar el proceso, redacté un texto "para todos los públicos", creo que es visible en la propia foto, por si las moscas, aquí lo dejo:


"Dibujante, un oficio invisible.
Una mesa, un  flexo, papel, herramientas de dibujo y una media de dos años y medio por proyecto.
Nunca he entendido las exposiciones de cómic. Sólo desde un punto de vista profesional (analizar la técnica manual) tienen algún sentido. Para el público general es tan enriquecedor como asistir a una exposición sobre cine donde únicamente se exhiban, estáticos, una serie de fotogramas escogidos por un comisario. El cómic es un todo indivisible, donde el original es la copia (el libro impreso). Las páginas “originales” son sólo parte de un proceso, un vestigio. El fin del cómic siempre es la reproducción.
Por eso esta exposición no se limita a una selección de arte final. Este es un recorrido que pretende ser didáctico; muestra un proceso creativo que poca gente conoce y que se exhibe por primera vez en Canarias. Desde la primera versión del guión hasta el documento listo para imprenta. El andamiaje de una novela gráfica, en este caso Nela, que parte de un guión adaptado.
Por lo tanto, el espectador no debe buscar una narración lógica (una historia) entre las imágenes que propone el autor, no la hay. Ése es el trabajo del libro. El orden establecido en la sala es sencillo; tras el texto introductorio y el currículum, nos centramos en  las fases de producción, que he ordenado cronológicamente en seis pasos:

1.- Diseño de personajes, búsqueda del tono, pruebas de estilo (nivel de iconicidad, materiales…) y selección de la documentación gráfica (aporta verosimilitud al relato). Una pequeña muestra de esta fase se encuentra en el mosaico a la izquierda de este texto.

2.- Escritura del guión: es la fase más delicada, en este caso parte de un texto ajeno. Cambias de lenguaje, por lo tanto cambia el formato y no hay ningún manual al respecto. Es un proceso intuitivo que parte de la lectura repetida del texto original. Tomas notas, suprimes lo accesorio, apuntas ideas, analizas significados…desnudas la estructura básica para tratar de volver a vestirla con recursos propios de otro medio cuya herramienta principal es la imagen. Por eso escribo y dibujo a la vez, sentando la base de la narración gráfica. Las dos vitrinas de la izquierda contienen diferentes soportes donde se desarrolló esta fase.

3.- Abocetado: ya tienes la narración y los diálogos claros. Toca trabajar los bocetos usando un formato parecido al de reproducción. Habitualmente cada boceto lleva dos pasos; el primero se ocupa de la composición y estructura. El segundo es un calco donde limpio la imagen  y trabajo apartados como la expresividad de los personajes/paisajes. También delimito las dimensiones del bocadillo en función del volumen de diálogo. Debajo, un ejemplo de este punto y los tres restantes.

4.- Arte final: tiene truco. Tras escanear el boceto definitivo se imprime en color azul (fácil de eliminar durante la maquetación) a una escala mayor sobre papel de dibujo. Vuelvo a construir y afinar con lápiz  si es necesario. Tinta china, plumilla y pincel para terminar la página.

5.- Rotulación: tipografía  manual, un arte casi olvidado. Es un proceso de ensayo y error, rara vez sale a la primera, por eso trabajo en soportes diferentes texto/imagen definitiva.

6.- Escaneado y maquetación: tras escanear, el proceso cambia de escenario, de la mesa de dibujo al ordenador. Utilizando Photoshop e Indesign, limpio la imagen, añado la rotulación y le doy el formato e indicaciones adecuadas para entrar en imprenta.

Obviamente, cada autor tiene un proceso distinto, sobre todo a partir del tercer punto. Unas veces más simple, otras más complejos. Aquí está el que se utilizó para adaptar Marianela."





Paso a comentar las imágenes que ilustran el texto:
La primera corresponde a un boceto de construcción, donde toca pelearse con la estructura.
La segunda corresponde a un boceto definitivo: toca pelearse con la línea y los textos.
La composición de negros ya han sido visualizadas en bocetos previos, de manera que no necesito rellenarlo de tinta para controlar el balance de negros de cada doble página.


Trabajar sólo con línea es una manera de no arruinarte comprando tinta de impresora. Escaneo e imprimo el boceto en láminas A3, sobre la que dibujaré la página definitiva. En realidad la lámina azul de la exposición es un simulacro que he impreso para ilustrar la explicación y facilitar el trabajo del espectador.


Por último, una muestra de la rotulación manual. Trabajo este apartado en papeles independientes porque no suelen salir a la primera, es un trabajo de repetición.
Como se aprecia en el boceto definitivo, ya había escrito todos los diálogos con una letra parecida (tamaño y grosor). Es una manera de calcular las dimensiones del bocadillo, el volumen de texto, y visualizar la densidad de la "mancha gris", con la que también se debe contar a la hora de componer.